martes, 3 de marzo de 2015

Siempre Todo es lo Mismo

Siempre lo mismo, los mismos lugares, la misma gente. Se había cansado de pasar siempre y ver lo mismo, aquella señora que a punto de cruzar la calle siempre se le volaba el paraguas, aquel atardecer que contemplaba todos los días antes de irse a dormir, los pájaros cantando siempre sobre el mismo árbol anaranjado por el otoño.

A la mañana, siempre la misma montaña con nubes, hermosa, pero siempre la misma. ¿No podría correrse de lugar, o por un día mostrarse sin nubes? ¿No podrían esos patos del estanque convertirse en cisnes, en perros o en elefantes y hacer algo distinto?

Hasta que una tarde, cansado de pasar una y otra y otra vez por lo mismo, lo mismo de lo mismo, y ver siempre lo mismo, se decidió y por primera vez en treinta años, cambió todos los cuadros de las paredes de su casa.