martes, 7 de agosto de 2012

Ping Pong Bancario

Admiro con horror a aquellas personas que planean los laberínticos mecanismos de defensa de las grandes empresas para desviar y marear a los clientes que, con ingenuidad, pretenden que aparte de pagar, que les brinden un buen servicio. Se ve que son dos cosas que no van de la mano.

Particularmente hoy, me vi en la entrañas de ese sistema de idas y vueltas que jamás tiene fin, y que rebotan entre llamados y pruebas a todo aquel que se aventure a tratar de solucionar un problema.

La misión era fácil: Hacer un depósito bancario.

Como los señores del banco donde tengo mi cuenta (del que no voy a dar el nombre, pero puedo decir que es un banco que viene de Francia) [JA] crearon un cómodo sistema para hacer transferencias por internet, intenté hacerlo por la web, que supuestamente tardaría microsegundos. Al llegar al último paso, me pedía que tenga registrado desde el cajero automático, mi número de celular, como una nueva medida de seguridad, que manda una clave al instante para completar la transacción. Como nunca lo había hecho, fui al banco (estoy a una cuadra).

Desde el cajero, seguí los pasos, y no me tomaba el celular. Probé con 011, con 15, con 11, con el prefijo de australia y con el que me pasó tu vieja anoche. Nada. Me decía que era incorrecto.

Pensando que el del error era yo, volví a la pc a buscar información, y aparentemente estaba todo bien, así que volví al banco. Probé nuevamente en el cajero, y me decía lo mismo, así que me acerqué al (no se si era) el gerente del banco, y me dijo que me acercara a la mesa de ayuda que ahí me iban a atender *Ping*.

El de la mesa de ayuda,  me dio una tarjeta y me dijo que llame a un número que resaltó con un fibrón amarillo *Pong*.

Llamé al número y después de unos diez minutos (casi contados) de espera, me atendió una chica muy cordial, que me dijo que iba a ver el problema. La llamada se cortó *Ping*, asi que volví a llamar y me atendió otra chica (luego de otros diez minutos) a quien tuve que explicarle TODO de nuevo. Me comentó que desde ahí ella no podía hacer nada, y que mande un mail a una casilla que me pasó, pero me dijo que quizás me respondían en 24/48 hs y si el depósito era urgente me acerque a la ventanilla. *Pong*  Me dijo también que ponga el número con 011 y sin 15 (cosa que ya había probado), pero acepté *Ping*, envié el correo y fui al banco de nuevo, por si me había equivocado, y luego de varios intentos fallidos, volví y llamé por tercera vez.

Me atendió una tercer chica cordial (luego de otros diez minutos) a la que tuve que conmover nuevamente con mi historia. La respuesta fue que no era problema de ellos, que llame a los del cajero a un número que me dio. *Pong*

Llamé a ese segundo número y luego de un rato me atendió otra persona a la que tuve que decirle todo de nuevo, y me dijo que eso era problema del banco y no de ellos. *Ping*

Como me quedaba poco tiempo (porque, como si fuera poco, trabajan hasta las 2 o 3 de la tarde nomás) fui al banco y me mandé a hacer la fila para hacer el depósito manualmente. Después de como media hora de espera, hice el trámite, y cuando salí me acerqué al (que creo que es el) gerente y le dije que quería elevar una queja, y me dijo que me acerque a la mesa de entrada (la misma donde me mandó la primera vez)  y pida una planilla para quejas*Pong*.

Fui hasta la mesa y hablé de nuevo con el mismo tipo, a quien tuve que explicarle todo de nuevo porque no se acordaba, y le pedí una planilla para hacer una queja y me respondió "Para hacer una queja tenés que mandar un mail a -y me dio la misma tarjeta que la primera vez, marcando con el mismo fibrón amarillo el mismo mail que me había pasado la mina del teléfono-, a lo que respondí cordialmente "Hace dos horas que me tienen dando vueltas, quiero hacer un reclamo por escrito", el señor me repite "tenés que enviar un mail a..." *Ping* y me extiende la tarjeta, a lo que amistosamente y frente a la gente a la que me había colado, le respondo "Metétela en el culo", y me fui, temiendo caer nuevamente en ese laberinto de llamados y esperas que me consumió todo el horario del almuerzo.

El ping pongo había comenzado de nuevo.

Los odio a todos.

(Estoy pensando mandar un correo al mail que me dijeron con un link a esta entrada. Eso sería genial!)