martes, 20 de octubre de 2015

Medio Seco

No hay nada más desesperante que un objeto destinado a un fin específico, y que a la hora de utilizarlo no lo cumpla, o lo cumpla de forma defectuosa, entorpeciendo nuestros planes e incluso, intercambiando nuestro buen humor por uno totalmente horrible y despreciable.

Este momento puede resumirse tranquilamente en la salida de un cálido baño, que nos deja frescos para tirarnos a dormir y arrancar un nuevo día de la mejor manera, y al momento de salir de la ducha, ese momento rápido pero frío y detestable, donde cuidamos de no resbalarnos y morir, de que el frío (por lo general hace frío) nos carcoma las entrañas, agarramos el toallón medio haciendo equilibrio y nos lo pasamos por el cuerpo, solamente para desparramar el agua de nuestro cuerpo, PERO NO PARA QUITARLA.

En ese malévolo instante, repasamos cada vez más fuerte el toallón por nuestra piel, intentando y suplicando que el agua se vaya, y que dicho sea de paso comienza a ser cada vez más fría. En medio de la desesperación, agarramos la toalla para manos y la miramos fijamente pensando en toda la gente que se seca la cara ahí, y miramos de nuevo el toallón que no seca, y lo intentamos pidiendo perdón a nuestra familia, pero la toalla nos queda demasiado chica y se humedece rápidamente en su totalidad, pero sirve.

Ganando esa batalla, pero no la guerra, buscamos que el fallido toallón nos seque lo poco que queda, y aunque está mojado como si hubiera cumplido su labor, no hizo absolutamente NADA, y nosotros, goteando cubitos de hielo desde el pelo hasta la espalda, atinamos a terminar de secarnos mezclando las dos toallas, o aventurarnos en un viaje en pelotas por el pasillo en busca de una toalla mejor, antes de que la faringitis nos ataque.

Y es así que terminamos corriendo en bolas por toda la casa buscando alguna tela absorbente sin que nos vea el resto de la familia, intentando conservar la poca dignidad que nos queda, escurriéndose en pequeñas gotas que delatan el camino recorrido.

Sean conscientes. Laven las toallas nuevas antes de usarlas.
(Dicen que así funcionan).