jueves, 2 de julio de 2015

Invfierno

Algunos se preguntan cómo será la vida después de la muerte, si existe el cielo, si hay un infierno. Nadie sabe cómo es cada uno de esos paisajes mitológicos que forman parte entre la mística del desconocimiento y de la religión que muchos practican, pero sí es cierto que, aunque muchos digan que están concatenados y que no existe uno sin el otro, podemos decir que EL INFIERNO EXISTE y llega en el hemisferio sur, cada Julio.

Este infierno no es un lugar repleto de llamas y agonía, sino que todo lo contrario: El frío quema más que mil incendios y nos hace recluirnos en una perpetua prisión de sábanas, perpetua por lo menos hasta que asomen las primeras flores de la primavera, cosa que para muchos, es más de una eternidad.

Es así como muchos deciden combatir el frío de Julio que amenaza con romper dedos, con  apretar bufandas y con hacer complicado desnudarse para darse una ducha (porque la mayoría de la gente se baña DESNUDA, SÍ, ¡DESNUDA!) con algunas infalibles técnicas que no hacen que el frío se vaya, pero por lo menos nos entretienen y hacen que todo pase más rápido.
Una estrategia bastante común es abrigarse con unas veinte capas de ropa de lana, que no sólo hace que te quieras rascar TODO el tiempo, sino que también dificulta ampliamente la capacidad motriz, haciendo que una simple tarea como caminar por la vereda se vuelva dificultosa y horrible.


Una muy utilizada en los transportes públicos en la gran técnica del invernadero, que consiste en cerrar herméticamente el vehículo para compartir entre todos un caldo de cultivo de gérmenes,

sudor vaporizado de todos los viajantes que respiramos continuamente y claro, eso sumado al exceso de ropa produce cierta descompensación que nos obliga a desprender gases de olores extravagantes que se trenzan con el resto, armando una verdadera trampa mortal.

Los guantes... ¡LOS GUANTES! Terrible invento del ser humano, específicamente preparados para gente que no hace nada durante todo el día, ya que el uso de los mismos hace imposible cualquier tarea: Cocinar, escribir en papel o en la computadora (MENOS en el celular), jugar a algún deporte, hacer trabajos de cualquier tipo. Por ende, si estás por empezar una conversación para levantarte una chica o un chico y ves que tiene guantes, abortá la misión al instante: Lo vas a tener que mantener el resto de su vida, y si te morís primero se queda con toda tu herencia, porque la gente que tiene guantes es así, cruel y despiadada.

Están los que deciden recluírse de la sociedad entre un valle de sábanas y frazadas, abusando así de las películas clase B y la comida caliente y calórica, siendo estos quienes luego, dos meses más tarde, empiezan las dietas y ejercicios para "estar bien para el verano", aunque el espejo no les diga que parecen un tanque australiano porque claro, la mayoría de los espejos no hablan, por lo menos no sin la ingesta de duros estupefacientes de los que no hablaremos en este artículo.

Es así como cada uno inventa estrategias, excusas y más excusas para evadir el frío, evadir responsabilidades y evadir salidas, todo sea por permanecer dos o tres meses a cubierto, esperando por fin, la caída del infierno congelado que muchos sobreestiman, otros exageran y algunos, les decimos "¡Pónganse una campera y dejen de romper las pelotas, que no vivimos en Alaska!".

Salud.