miércoles, 14 de octubre de 2015

Compartir :)

Desde que nacemos hasta que ya somos prácticamente adultos, nuestros padres, nuestro entorno social, nuestra educación, nos alienta a compartir, a generar ese hermoso acto de benevolencia que nos distingue de los cascotes, porque los cascotes son testarudos y no comparten nada, y nos hacemos más "humanos", primero cediendo el uso de nuestros juguetes a personas no autorizadas, como hijos de los amigos de nuestros padres, parientes cercanos que destruyen lo que tocan e incluso niños más chicos que nosotros cuyas manos vemos como las de Edward, capaces de hacer desparecer nuestras entonces más preciadas pertenencias.

Tras estos episodios de dolor, y al crecer, compartimos útiles, tomamos mate, comemos con amigos y en familia y cedemos el último bizcochito, la última empanada y la última aceituna de la pizza a quien la desee un poco más que nosotros, por el simple hecho de ver a esa persona feliz, y de sentir un regocijo interior que sólo se consigue haciendo un acto de bien, colaborando con el buen humor de quienes nos rodean y que de rebote, da una hermosa sensación vaya uno a saber por la liberación de qué endorfina en nuestro cuerpo.

Si bien el acto de compartir en sí, y por definición es un acto hermoso, que denota la bondad del interior de una persona, reafirma las buenas costumbres y nos hace más felices, el mismo acto realizado de una forma desmesurada, masiva y sin control, produce todo lo contrario, acercándonos cada vez más al centro de la tierra, sin poder encontrar la escalera que Led Zeppelín predicó.

Con el avance de la tecnología, empieza la deformación del término y su profanación por el acto bandálico-benévolo de compartir, y compartir, y compartir, y compartir información, imágenes, y demás etcéteras que no sólo nos alejan cada vez más del Nobel de la paz, sino que también nos hacen personas más miserables, seres del mal e incluso hasta carentes de corazón.

Es así como nos vemos inmersos en un mundo de terminología inadecuada, donde "compartir" ya no es más generar un acto empático de cariño, sino un reflejo incondicional de nuestro cuerpo frente a un estímulo, que deriva en uno o dos movimientos rápido del índice -por lo general derecho- seguido a un característico sonido (o tantos sonidos como veces se haya movido el dedo) que indica que nuestra acción de benevolencia está completada.

De esta forma y sin pensar, nos vemos compartiendo por Whatsapp a nuestros amigos un video de travestis bailando en pelotas en una paradisíaca playa del caribe con las mortadelas colgando, compartimos fotos de gente y animales heridos o enfermos velando por su recuperación en Facebook, compartimos llamados a la solidaridad por diversas causas y catástrofes por Twitter, compartimos citas de diversos autores en nuestros muros sin saber siquiera de dónde vienen, qué significan o incluso si realmente fueron dichas por el que la imagen asegura que lo dijo, además claro de compartir fotos de gatitos, de perros, de flores, de calles, COMPARTIR FOTOS DEL CIELO, MILES Y MILES DE FOTOS DEL CIELO, (cosa que me parece fantástica, el cielo es hermoso, pero quienes puedan levantar su cuello unos cuantos grados en exteriores, recomiendo que lo vean por sí mismos), ¿ya dije fotos de gatitos? y fotos de gatitos, y travestis con mortadelas de nuevo, y citas, y frases, y canciones sin pagar derechos, y obras de arte, y obras de arte con gatitos adentro, y fotos de una obra de arte con el cielo de fondo junto a un gatito jugando y una cita de Freud con tipografías de dudosa procedencia, y compartimos a Cortázar, y compartimos a Mozart, a los Beatles, a Picasso, a Dalí, gatitos de nuevo, al lado de Mahatma, y pensamientos de Mahoma yendo a la montaña con un gatito al lado, y flores, y el cielo, y travestis en el cielo, gatos en el espacio y pájaros volando, y TRAVESTIS VOLANDO EN EL ESPACIO CON GATITOS Y FLORES Y CIELOS Y FREUDS Y FREDDIE MERCURY HABLANDO CON BUDA DE LO BUENO QUE ESTUVO EL CUMPLEAÑOS DEL CHE GUEVARA PORQUE LE HABÍAN PUESTO ALMÍBAR AL BIZCOCHUELO Y ADEMÁS TENÍA FLORES DE AZÚCAR RIQUÍSIMAS PERO DESPUÉS SE LE PEGARON EN LOS DIENTES Y LE SALIERON CARIES POR NO LAVARSE LOS DIENTES COMO DA VINCI LE HABÍA DICHO CUANDO LE PREGUNTÓ EN AQUEL VERINISSAGE DE YOKO ONO, en una sóla imagen en la están las caritas de todos delante de un fondo negro, donde una motivadora tipografía en cursiva nos tira una frase hermosa que hace referencia a todo esto de una forma tan metafórica y poética y genial, que no la entendemos ni llegamos a procesar, pero ponerse a pensar es mucho más trabajo que hacer un click, entonces LA COMPARTIMOS CON TODO EL MUNDO Y CON LA GENTE QUE VIVE EN MARTE TAMBIÉN, PORQUE DESCUBRIERON QUE HAY AGUA ENTONCES SI HAY AGUA HAY GENTE MARCIANA CON FACEBOOK QUE PUEDE COMPARTIR Y VER Y QUE TAMBIÉN TIENE CIELOS Y GATITOS Y TAMBIÉ*** Me calmé. Suspiro y me siento. Cierro los ojos. Suspiro. Dejo pasar unos segundos, y sigo. ***

Lo que en realidad quería decir *suspiro de nuevo*, que todo bien con que quieran imprimir su filantropía y su amor por el mundo en sus muros, pero sepan y tengan la conciencia de que una empresa no va a donarle el pulmón artificial al niño vietnamita de tres meses por llegar a los mil me gusta (que dicho sea de paso es una escena CASI del Juego del Miedo, y de bastante mal gusto), que no hay ningún mesías ni deidad, de ninguna religión, contando los "amén" que han puesto en cualquier imagen explícita de mal gusto y que buda no dijo nunca "Si tu viejo es zapatero zarpale la lata, se se".

Pensemos más, compartamos menos, pero con más amor.

PD: Si se lo están preguntando, antes de comentarlo violenta y verborrágicamente, la respuesta es NO. Yo no colaboro con nada, no comparto ni las migas que se me caen del Jorgito triple y me mantengo lo más alejado que peudo de la gente. Pero no comparto esperanzas por las redes sociales. Salud.