viernes, 30 de noviembre de 2012

Pregunta Cósmica

¿Las cebras son blancas y negras o negras y blancas?

jueves, 22 de noviembre de 2012

El Jugador


Se acodó lentamente sobre la mesa, dejando la cabeza suspendida entre sus manos, que formaban un triángulo hacia el piso, mientras miraba fijamente como todos se alejaban un paso de la mesa, y aquél hombre de traje blanco, rojo y negro, que muchas veces habría sabido ser su peor enemigo, y tantas otras su angel de la guarda, empezaba a hacer rodar la pequeña pelotita blanca en sentido contrario al que giraba la ruleta.

De nuevo en la misma situación. En sesenta de sus ochenta años, había tenido altas y bajas, pero su mayor disfrute era el extremo, el todo o la nada. Recordaba entonces su infancia pobre, los zapatos remendados, la ropa gastada, la comida insípida, los gatos, los miles de gatos que coleccionaba su familia, sus cinco hermanos y sus tres hermanas, de los que por fin se había podido alejar cuando descubrió su talento.

Mientras la pelotita giraba frenéticamente y los casilleros negros y rojos se fundían en un solo color gracias a la velocidad, recordó aquél día en que ganó sus primeros cinco pesos en aquel puestito de la calle, donde un hombre desafiaba a adivinar las cartas. Nadie había podido vencerlo, excepto él. Primero una vez, que
intuyó fue la suerte. Dos veces seguidas, suerte de principiante. Tres veces seguidas, para despertar el asombro de todos, incluyéndose a sí mismo.

Su vida, su escape, fue jugar sin parar. Apostaba siempre en puestos callejeros, se metía en problemas, y lograba escapar, siempre bien, siempre legal. A los veinticinco años había ganado una pequeña fortuna, que seguía apostando. La bebida, el tabaco, el éxito, todo pendía siempre de un ligero hilo. Y lo perdió todo, y sin embargo nunca se rindió, y volvió a ganar, y así también volvió a perder.

Mientras los demás jugadores se mordían los codos, expectantes del destino de sus fichas, él seguía firme, seguro, acodado en el marco de madera oscura de la mesa que lo sostenía.

Sabía que de un momento a otro todo se podía ir, y a pesar de su edad y de su condición, no había nada que lo hiciera sentir más vivo que esos diez o quince segundos de esperar que empezaban a correr cuando la pelota iniciaba el recorrido fugaz de su órbita. Los segundos eran puñales que se clavaban en su cuerpo, pero a su vez, también podrían darle los recursos para curar esas mismas heridas. Se relamía con indiferencia en la situación, los grises jamás habían sido lo suyo, y este caso no fue la excepción. Sostenía que jugar de a poco era morir tímidamente, sin el placer y la emoción que él sabía encontrar en el escaso girar de una esfera blanca.

Y así fue, como ese pequeño levitar cesó su marcha, y la verdad golpeó con su mejor estocada.

- Veintitrés rojo.

Lentamente se incorporó, se puso de pie totalmente erguido, sacándose el reloj de la muñeca y los zapatos importados de los pies, y con una inmensa naturalidad y una admirable calma, los puso arriba de la mesa junto a las llaves de su auto. Del bolsillo de su pantalón, sacó un par de monedas, que contó en la palma de su mano, como enumerando botones, para volver a ponerlas en un sólo movimiento dentro de su bolsillo, sonrió al tiempo que asentía con la cabeza al croupier y tras una lenta media vuelta, se fue caminando, viejo y descalzo, hacia la salida del gran casino.

viernes, 16 de noviembre de 2012

CENIZAS SIEMPRE - Cadáver Exquisito Comunitario #2

Cenizas siempre pichimahuida vieja, cayó epifanía. Principios budín: Impreciso chamuscado pudín paralelepípedo chanchos! Tarambana mutación culeao maraña hipocondríaco noche cachai. Exquisito inconsciente vaso turista. Supercalifragilísticoespialidoso creciendo infinito, enrejadas, desafiemos grillos tonel albóndiga girando madagascar lograrlo alterno cambios.


Provoleta sapo calzoncillo sobrevivir bicicleta morcilla entre tranvía espere escrotalmente halloween. 

Entre cosquillas mañana, sabroso sahumerio. Hongo estrafalario copiado, esquizofrenia plaza caracolito de pastor cuando palangana. Simio pájaro queso turquía del cacharro esquizofrénico con hongo. 


Garantías correspondiente perro necrozoocacalofílico té. Excremento extereograma bajo muy manías plasticida. Seguimiento señal cambios anudar atrapando tenedores. Implacable melón puuuaaajjj!!!


Palangana. Desdémona quiero toc toc contrarreloj complique mamá fluor! Mátalos opapa tejiendo idiota patua travesti fotocopias!

Venado pasta caos. Ponele lluvia silbando, imaginando potota verdeazulado.



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Para los que no saben:
Este fue el resultado del segundo cadáver exquisito de Parado en el Abismo, convocatoria que fue organizada por Facebook, (http://www.facebook.com/pages/Parado-en-el-Abismo/181490181887329) donde cada uno que lo desee, debía enviar una palabra para que, por orden de llegada, se arme este texto. Entre los participantes, se sortean cinco colecciones completas de abismitos + postales coleccionables.

Para los que sabían:
¡Gracias! :)

Los ganadores se darán a conocer el martes por la noche, ¡Estén atentos al Facebook! (De todas formas, serán avisados por mail aquellos que hayan ganado).

Pronto, más juegos, más abismo, y más odio para todos.

Si, los odio igual.

martes, 13 de noviembre de 2012

Martes 13 (¡Bú!)

- No te cases.
- Ni te embarques.
- Ni comas ravioles.
- Ni mires fijo al sol.
- Ni corras con tijeras en la mano.
- Ni levites.
- Ni invoques espíritus malignos del más allá.
- Ni juegues a desenterrar perros de un cementerio de animales.
- Ni gatos.
- Ni destruyas un castillo de arena.
- Ni cantes La Gallina Turuleca hacia atrás.
- Ni dejes a un alma en pena poseer tu cuerpo.
- Ni te amputes una mano.
- Ni te pongas una camisa a cuadritos.
- Ni juegues con motosierras.
- Ni trates de responder a cuestiones filosóficas interminables como "¿Qué es el amor?".
- Ni te escondas.
- Ni te encuentres con vos mismo en el pasado.
- Ni construyas una represa hidroeléctrica.
- Ni dejes que te pique una araña radioactiva.
- Ni fundes un pueblo fantasma.
- Ni vueles al espacio.
- Ni saludes a gente desconocida desde el tren.
- Ni viajes en tren.
- Ni tomes gaseosas light.
- Ni las mezcles con mentos.
- Ni trates de demoler un edificio usando tus puños.
- Ni ganes la lotería.
- Ni comas mayonesa.
- Ni cocines un plato bajo en calorías.
- Ni trates de revivir mediante el ADN depositado en antigüas piezas de arqueología a los dinosaurios.
- Ni compres un libro de magia negra.
- Ni saques al conejo de la galera.
- Ni pintes tu casa.
- Ni la de un desconocido.
- Ni pintes tu cerca.
- Ni le des bizcochos rancios a un vagabundo para que lo haga.
- Ni cortes calabazas.
- Ni corras desnudo atrás del colectivo.
- Ni empujes viejas en la calle al grito de "THIS IS SPARTA!"
- Ni saltes en un trampolín hasta perder la conciencia.
- Ni rompas diez espejos.
- Ni te comas un gato negro.
- Ni destruyas un caracol.
- Ni construyas un mundo con cartulina.
- Ni abraces a una cebra.
- Ni te vayas a vivir a la selva.
- Ni escribas en tu blog.

Mañana sí.

martes, 6 de noviembre de 2012

Encerrado


Está oscuro, y creo que esta vez es en serio. Creo que me encerré en el hueco del tronco de un árbol, aunque las paredes siguen blandas. Blandas, sí, como aquellas que me envolvieron hace un tiempo. No puedo casi moverme y el calor me sofoca. ¿Es que la primavera se está yendo? ¿Tan rápido? Si apenas ayer fue septiembre. ¿Dónde está octubre? No lo noté.

No soy un tipo malo. He hecho cosas que los demás creyeron malignas, pero no me considero alguien que siga el camino del mal. Tampoco puedo asegurar con certeza que sea una persona digna del cielo, si es que existe. Pero para qué preocuparme por situaciones tal vez imaginarias, si mi incógnita más grande está en este momento, en este mismo lugar, oscuro y blando.

Quizás me dormí por mucho tiempo, tal vez estoy muerto. ¡Eso! Seguro me morí y estoy en ese limbo que muchos mencionan, esperando ver qué me depara la muerte. O tal vez aún no nací y estoy desarrollándome en el cuerpo de otro espécimen adulto. No entiendo por qué no escucho ni veo nada. Lo único que entiendo es que es cálido. A veces demasiado. Cálido, inmóvil y blando. Así me siento. Quizás no sea el entorno, sino yo mismo.

¡Claro! No estoy dentro de alguien, estoy dentro de mí mismo. Quizás emprendí un viaje a la introspección y todas las sensaciones están en mi cabeza. A pesar de ser un sitio chico, me siento bien, casi a gusto, protegido. Entonces, seguro sea eso. Estoy dentro de mí mismo, investigándome. Pero, ¿Cómo llegué acá?

Estoy demasiado consciente para estar muerto. En una de esas es un sueño de esos en los que uno puede controlar sus acciones. O tal vez no esté controlando nada y tenga la sensación de que lo estoy haciendo. Controlar las cosas no es tan fácil como parece. Si pudiera controlar las cosas, haría que no haga tanto calor, y un poco de luz no me vendría mal. El color negro me sofoca un poco, me gustaría más que sea todo azul.

A pesar de todo, sigo pensando, inmóvil, cálido y blanco, pero no entiendo si es que soy parte de un organismo más grande, si estoy muerto o dormido, o si esto realmente soy yo. Aunque pensándolo bien, tal vez todo sea una palabrería sin sentido.

Pero sigo acá.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Lunática


"Si me lo pidieras, iría a la luna y te traería un pedacito", le dijo él a ella en un amanecer hermoso, después de la mejor noche de sus vidas, en el momento más mágico de la relación.

"Eso sería muy lindo, ¿harías eso por mí?", le respondió ella, ilusionada. "Claro que lo haría!" dijo él con firmeza. "Quiero un pedazo de luna", le dijo a él mientras mantenía una sonrisa. Él la miró transpirando, y dijo que sí. Pasaron el resto de la mañana abrazados mirando cómo salía el sol.

Al día siguiente, él se inscribió en una Universidad para estudiar astronomía y física, para luego convertirse en astronauta. Se recibió en la mitad del tiempo estipulado para la carrera, con un promedio de 9,6. Gracias a su gran desempeño,  fue becado para el entrenamiento de la NASA para ser astronauta.

Tiempo después, empiezan sus pruebas, y luego, la misión a la luna. Él estaba muy feliz, y comenzó los entrenamientos más complejos, pero fue sorteándolos con una gran destreza.

Finalmente, logra viajar a la luna en un transbordados en una misión que dura unos meses. Al llegar al suelo lunar, clava su bandera y con un cincel y un martillo, rompe un poco de suelo y lo guarda en una bolsita, para su amada.

Al regresar, triunfante de la misión, se dirige a su casa, y no encuentra más que un taxi en la puerta, y ella yéndose con las valijas. Él, sorprendido, deja caer su mochila al piso y la agarra del brazo, mientras le pregunta "¿¡Qué estás haciendo!?" - "Me voy, conocí a otra persona..." - "Pero, ¿porqué?", ella hizo una pausa, suspiró, y le dijo "Es que nunca tenías tiempo para mí..."