lunes, 23 de abril de 2012

El Final del Arcoiris


Nunca había creído en los arcoiris ni en su leyenda. Sostenía que no existían, que no tenían gracia y que sólo eran una ilusión que los ojos inventaban. Cansado de acusaciones, discusiones y ciertos malos entendidos que muchas veces derivaban en actos un poco más violentos, decidió investigar a fondo.

Pasó días, meses y hasta unos años aprendiéndolo todo acerca de lo que se convertiría en su peor enemigo. Cuando tuvo todo listo, planeó la expedición para comprobar si todo lo que había escuchado era cierto, y si realmente él tenía la razón y el poder de desmentirlo para siempre. Al abandonar su pueblo, la gente lo saludaba, algunos serios, otros murmurando y riendo por lo bajo.

La verdad es que esa madrugada, después de la tormenta, un gran arcoiris floreció en el cielo. Con su mochila y algo apurado, se encaminó a las bases del fenómeno y tras ciertas artimañas y deducciones, logró dar con lo buscado: El final del arcoiris.

Se sorprendió tremendamente cuando vio, pese a sus pensamientos que lo negaban, un gnomo con una gran olla negra de la que sobresalía una pila inmensa de monedas de oro brillante, desde donde el arcoiris salía. Se acercó al pequeño vestido de verde e hizo un gesto con la mano, como para empezar a hablar, cuando de golpe, el gnomo saltó sobre su cabeza, golpeándolo brutalmente con una vara blanca, hasta que cayó tumbado en el suelo, mientras de la cara brotaba la sangre formando un pequeño río que teñía el pasto y se absorbía en la tierra.

El gnomo acomodó su galera con una mano mientras sostenía la vara con la otra, para luego sacarse las arrugas del pequeño traje verde, estirándolo. Luego de hacerlo, metió la mano en el bolsillo trasero del pantalón, sacó una moneda de oro y la tiró dentro de la olla, agregándola a la gran pila.

16 comentarios:

Yashira dijo...

Jajaja, vaya con el gnomito, qué carácter. Osea, que descubriste cómo nacía el arcoiris pero casi mueres en el intento.

Muy buena tu historia, no se si este comentario se quedará,por que tengo un duende que me roba lo que escribo.

Besitos desde mi mar por si te llegan

Estrellita dijo...

Yo me imaginaba que los gnomos que habitan al final del arcoiris eran mas amigables!! ja.ja
Buena historia!
Gracias por pasarte por mi blog y dejar tu comentario!
beso

Karina Olivera dijo...

Genial.
Ta mbien te sigo Pablo!

Milu dijo...

ajaj copada la historia, buen blog.

Pamela dijo...

Me causo gracia tu comentario, tienen que saber que sos bien hombre!!!
Que buena entrada, me copo!

Martín dijo...

Algún día iré de vacaciones al fin de un arcoiris.

Bird dijo...

Cero y van dos.

Cinthia dijo...

Genial. Me sacaste un par de sonrisas. Estaba tan expectante para llegar al final de la historia que deberías haber visto mi cara de sorpresa al llegar.
Me copó. Buen final de fin de semana largo. Agh, que horrible suena.

Unknown dijo...

Estela: No lo son. Y pegan fuerte!

Karina: Genial :)! Gracias!

Milagros: Gracias, el tuyo es muy bueno también!

Pamela: Gracias! :)

Un simple Blog: Te va a doler...

Bellarte: No entendi :P

Cinthia: Te causó sorpresa? Genial! Me quedo con esas sonrisas. El fin del fin... qué terrible. saludos!

Yashira dijo...

Jo qué mala leche la del gnomo, y por lo que se ve no sólo existía sino que cada vez que un incrédulo osa buscarlo el arco ires se va haciendo más potente, más monedas de oro.
Que majo el chico, lo que no nos contaste es de dónde saca las monedas...

Besitos desde mi mar,

Mira por ahí porque seguro tienes algún comentario mío en los spam, hace unos días me convertí en spam :(

Annie dijo...

Opa, no sabía q los gnomos eran agresivos! Habrá que andarse con cuidado u.u
Jaja, muy bueno! Hace rato que no me pasaba por aquí, voy a ponerme al día.

Besote Pablix! ^^

José A. García dijo...

No sabía que los arcoiris se veían también por las noches... deben de ser más bellos ya que no tienen que competir con el sol.

Excelente texto, conciso y directo.

Saludos

J.

Unknown dijo...

Yashira: Las monedas las saca del banco!!! No me haces spam :)

Annie: Hay que tener cuidado con los petisos de verde... gracias por volver querida! :)

Jose: Me di cuenta de ese error y lo corregí! Aunque un arcoiris nocturno debería ser increíble. Tal vez escriba sobre ellos algún día. Abrazo!

José A. García dijo...

¿No te resulta aburrido que las cosas nunca cambien de nombre...?

Saludos

J.

Bird dijo...

Si me vieras ahora imagíname dándome un golpe en la cara con la palma de mi mano. Tú y tus problemas con los arco iris pues!

Unknown dijo...

José: A que te referis? Las cosas deben cambiar de nombre?

Bellarte: Jajaja porque te autoflagelas? Los arcoiris no dan!