lunes, 18 de junio de 2012

Bajo la Parra


El olor a las uvas caídas se hacía espeso en el aire. La luz del sol buscaba los recovecos entre las hojas para llegar al mosaico de baldosas blancas y rojas, desteñidos por los miles de pasos que habían soportado. 

Los ladridos se atenuaban por la distancia, y a lo lejos, algunos graznidos interrumpían la calma en el aire. La brisa, leve, sorteaba las hojas, los racimos, las ramas y e incluso a algunas abejas que se acercaban a trabajar.

Las moscas también se acercaban, y se acumulaban entre los racimos del piso, caídos varios días atrás. Una jaula grande, vacía, mecía algunos alambres que sonaban levemente. 

Los sonidos metálicos de los cubiertos a lo lejos, gritaban que el mediodía estaba cerca, y el olor a tortilla confirmaba que faltaba poco para comer.

Algún que otro auto pasaba por la calle, a unos metros, invisible desde esa posición por las espesas enredaderas que trepaban por los alambres que daban al jardín. Los mismos alambres que hacían de estructura para la parra que cubría todo el patio.

El calor de los pocos rayos de sol que caían, bastaba para que sólo necesite una remera, que por cierto tenía grandes manchas de barro. Con la respiración agitada, transpirando de tanto correr, me encontraba en el piso, con los brazos extendidos, y una indeleble sonrisa en mi cara.

14 comentarios:

Yashira dijo...

Qué buen relato, describes genial ese patio con esa parra, casi huelo el olor a vino agrio de los racimos de uva caídos. Lo que me deja pensativa es esa sonrisa en tu cara tras la carrera y la camisa llena de barro ¿dónde habrás estado? jajaja, no, no me lo digas, seguro me asustas.

Un abrazo desde mi mar,

Humberto Dib dijo...

Es un texto de profundo corte descriptivo, la acción se somete a la descripción, como los grandes escritores del siglo XIX.
Un abrazo.
HD

Rocío Pérez Crespo dijo...

Me ha gustado mucho sentir la escena, francamente estoy de acuerdo con Humberto, pero es más...me has hecho sonreír. Ha sido una sensación entre confortable y enigmática...extraña.

Besos.

Anónimo dijo...

Y si, como para no estar sonriente en un ambiente así :).
Saludos, muchacho.

Flor dijo...

Durante la lectura estuve bien ahi y nada acá. Gracias, necesitaba eso.

Bird dijo...

Lo maravilloso de leer es que puedes ver las escenas y enamorarte de la maqueta expuesta.

Bird dijo...

Lo maravilloso de leer es que puedes ver las escenas y enamorarte de la maqueta expuesta.

Unknown dijo...

Yashira: Porque todos tienen miedo de que los asuste?

Humberto: Narrar describiendo es un desafío que ando explorando ultimamente... habrá más!

Rocio: Me alegro que hayas estado cómoda, y que hayas sonreído :)

Lucy: Viste! Es la felicidad misma!

Flor: Gracias a vos, por pasar!

Bellarte: Una muy linda maqueta, si me permitís decirlo.

AGU dijo...

No te estás confundiendo, ese bombón trabaja en TWD :) Jajaja.
Me gustó tu texto, saludos.

N dijo...

Me gustó mucho este relato, Pablo...
Por momentos creí estar viéndote sentadito ahí con la parra de compañera. :)

Besos!

José A. García dijo...

Momento extraño si los hay, perderse en la introspección, eso que nadie recuerda cómo lograr...

Saludos

J.

Eri ♥ dijo...

He estado leyendo algunos de tus textos, me gusta toda la sensibilidad que desprenden, gracias por pasAr por mi blog, ahora te sigo,saludos desde México !

Unknown dijo...

AGU: Gracias! Viva TWD!! Me tiene con intriga la 3er temporada!

Nerea: Es una gran foto este relato. Gracias por pasar!

Jose: La introspección es exquisita!

Eri: Gracias por pasar! Tu blog también es imperdible :)

Azul es lejos dijo...

Leí la descripción de la parra "que cubría todo el patio" y automáticamente viajé en el tiempo a una época en que mi propio patio estaba cubierto por una enredadera de jazmín del país, una época de primavera a la sombra, mate y perfume de flores en el aire, mermelada de frutos rojos en las tostadas, las perras echadas al sol.

Buenas épocas.