En un pequeño pueblo, tres niños discutían y alardeaban de los trabajos de sus padres:
- El mío vende autos.
- El mío, casas.
- Y el mío, clavos.
Los dos niños rieron ante la profesión del padre del tercero, quien no se alteró para nada, y retrucó con lo siguiente:
- ¿Cuántos autos vende tu papa en un mes?
- 5... 6 autos.
- ¿Y cuántas casas vende tu padre en un mes?
- 1 o 2...
- Bueno, ¿Saben qué? Mi papá vende miles de clavos en una sola semana.
Y orgulloso, el niño se fue caminando contento de haberlos derrotado.
4 comentarios:
genial!...los niños son simples y tan llenos de sabiduría aveces!
¡Qué dulce!
Lo que debe de ser la comisión por semejante venta, papá!!
Saludos!
J.
Geraldine: Viste! Y algunos creen que no se puede aprender de ellos...
Julieta: :)
José: Zarpada, dicen que con esa comisión te pagás un viaje a las toninas en micro ida y vuelta! Zarpado...
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